sábado, 16 de junio de 2012

cuento sobre la carrera septima



El Plan de cambio

Hoy salí de mi casa con ánimos de cambiar el rumbo de mis días. Cansada de la monotonía del calor de pueblo emprendí la mejor de mis anécdotas.

Esta mañana salí de mi casa sin rumbo fijo; después de una hora y media caminando, llegue a la casa de brayan que como siempre: no estaba haciendo nada. Me recibió medio dormido todavía y después de oír todas mis inconformidades y la totalidad de mi “plan de cambio”, decidió unirse a mi causa y seguir conmigo al frente.

La casa de mi abuelita queda cerca de la de brayan, y al se le ocurrió pasar por allá a despedirme o a saludar o a lo que fuera, para ver si mis tías me regalaban un poquito de plata para poder viajar los dos. Como no fue mucho el dinero que nos dieron, entonces... ¡¡¡Nos toco arrancar en bus!!!

Cuando llegamos al Terminal de buses decidimos irnos para Bogotá, -no es ni tan cerca ni es tan lejos- dijo brayan, -¡Aja!, además la conocemos bien y conocemos mucha gente- le respondí... Esa fue una decisión ya tomada. 

Compramos los pasajes más baratos que existieran y estos fueron para abordar una chiva... Obviamente, me maree y el viaje fue muy estresante, lo peor del mundo!!!!., el peor día de mi vida.

Pero bueno, afortunadamente llegamos bien y una amiga llamada jasbleidy nos dio posada por el fin de semana. Ya me bañe y empijamé y estoy lista para irme a dormir. 



al otro diaCuando me levante estaba haciendo un frío horrible y llovió sin parar hasta el medio día. Tengo gripa, estoy muy enferma.

Yo creo que la llegada en chiva anoche me perjudicó, eso fue lo que me enfermo y todo el polvo del viaje me debió alborotar la alergia. El punto es que estoy enfermísima pero no le quiero dañar el viaje a mi amigo brayan .

Después de almorzar, con un emparedado frío de queso y un jugo de naranja hecho por jasbleidy, nos bañamos y vestimos, me tomé un Noxpirin para la gripa, y salimos a voltear por Bogotá. Como jasbleidy vive en la Macarena, decidimos bajar hasta la Quinta y coger un bus que nos dejara en “La Luis Angel Arango”, en la candelaria, para empezar a caminar un ratico.

A las dos de la tarde estaba haciendo un sol picantísimo, menos mal de ropita estábamos como bien; nos amarramos la chaquetas a la cintura, y con la camiseta manga sisa, las gafas oscuras y los morrales al hombro, además de rubios y despeinados, emprendimos la dulce caminata al mejor estilo del forastero indefenso. 

Subimos hasta la cuarta y nos tomamos un granizado de café en el Juan Valdez del museo Botero, Luego empezamos a caminar hasta llegar a la Jiménez y ahí bajamos derecho hasta San Victorino donde nos tomamos nuestro tiempo haciendo “unas vueltas” y cacharreando por toda la Décima.

Caminamos hasta la Diecinueve para mirar ,.conociamos bien bogota ya que que habíamos  vivido  hace unos pocos años... Y digo juntos por que compartíamos un apartamento en el norte, por nada más. Cuando llegamos, seguimos hasta la séptima desde dónde se alcanzaban a oír algunas leves tonadas de música Andina provenientes de un cuarteto indígena que adornaba entre sonidos de tráfico, humo y demás, una partecita de la ciudad.


Ya en la séptima con 23 estábamos mamados y totalmente “secos”, entonces entramos a Oma por otro cafecito “levanta muertos”, parecíamos zombis; ya eran las seis de la tarde, llevábamos más de cuatro horas caminando sin parar, el día no nos rindió para nada, parecía que no avanzáramos; ya casi llegábamos otra vez a la casa de Charlie, prácticamente donde empezamos. 

Después de salir de Oma seguimos caminando sin parar en ninguna feria artesanal ni nada, hasta llegar a la casa a comer, ¡que hambre! Llegamos hace como una hora y todavía estoy esperando la pizza extra-queso que pedimos, ahora la espero con más ansias después del “sauna” de hace un rato.-¡Es posible que ni siquiera halla pasado tanto tiempo!- eso es lo que me dice Alejo... jasbleidy solo se ríe.

Acaba de llegar la comida, después de comer me pienso bañar y luego de arruncharme un rato con brayan, acostarme a dormir hasta mañana temprano para poder hacer mucho mas que hoy.
Al día siguiente salimos de la ducha totalmente renovados para emprender una nueva caminata de sorpresas y tropezones que el destino suele interponer siempre en mi camino. Esta vez empezamos por el Centro Internacional y a las 3:00 p.m. Sin hambre para almorzar, seguimos nuestros instintos y gracias a ello llegamos .
Hasta el piso 30,  del Hotel Tequendama, fuimos al
Al bar Rojo.... sencillamente, ¡espectacular! La vista es hermosa, ahí nos quedamos hasta las 6:00p.m., mientras tanto nos tomamos una botellita de vodka ruso. Salimos como prendidos.
Caminamos por la Séptima hasta chapinero y ahí entramos a comer a un comidas rápidas donde me tocó pedir prestado el baño para vomitar, ya me había empezado a enfermar el licor
A pesar de la resaca, hoy salimos temprano a la ciclovía- se lo debíamos al cuerpo-, trotamos unas cuadras hasta llegar al parque donde nos gustaba desenguayabar: El Virrey .Ahí comimos mazorca asada en la calle. Jasbleidy quiso salir con nosotros,
Nos comimos un heladito en Creppes&Waffles y luego entramos a cine de 6:00 p.m. Salimos alrededor de las 8:00 p.m. y caminamos por toda la 127 hasta llegar a la 7 para coger un bus que nos acercara a la casa de jasbleidy en la Macarena. 
Tuvimos mucho tiempo para hablar de los dos y de lo que había sido hasta ahora nuestro “viaje de cambio”. Llegamos a la casa como a las 10:30 p.m.
A brayan le pareció un buen plan para el lunes subir a Monserrate, mañana vamos para allá, la idea es ir a pensar... a meditar un poco, ahora si vamos a ir todos, es como un pacto de infancia que hay entre los tres.
Después de la larga y empinada subida hacia Monserrate y de las horas de meditación bajamos por el teleférico
brayan y yo nos fuimos para la casa de jasbleidy ya empacar para volver al pueblo y avisar nuestro viaje sin regreso, por lo menos eso esperamos. Ya estamos prontos a llegar a la casa de mi abuelita, donde seguramente nos recibirán con bombas, ponqué y regalitos.

Después de llegar donde mi abuelita brayan va a caminar hasta su hogar y empacará todo lo que le falte. Lo que no nos podamos llevar nos lo envían después de que se les pase la rabia a mis papás y a los de él.

En unos 10 minutos aproximadamente, empezará otra historia y no sabemos de qué se tratará esta vez. En tan solo 600 segundos habrá que ponerle, de nuevo, la cara al destino para afrontarlo y, si es necesario, retarlo a sonreírnos siempre, cómo lo ha hecho hasta ahora.







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